Recuperación de la Identidad de la Cofradía de la Pasión: El legado del Futuro

José Ángel Gallego Vázquez.
Secretario de la cofradía de la Pasión.

"No de lo antes, ni de lo de ahora,
ni de lo de después,
 sino de lo de siempre y de nunca”.

 

Miguel de Unamuno.

 

Todas las cofradías han experimentado a lo largo de su historia momentos, hechos y acontecimientos que han marcado claramente su devenir histórico, recogidos en los libros de actas, donde se contempla, años después, la gran importancia que supuso para la propia hermandad estos aconteceres.

En la cofradía de la Pasión los acontecimientos más importantes pueden recogerse en tres momentos históricos: 1828, año de la refundación de la hermandad; años 1894 – 1896 en los que se encarga la construcción del actual tablero y de los faroles, y por último, los primeros años del siglo XXI en los que el medio centenar de cofrades que integra actualmente la hermandad ha pretendido recuperar los elementos originales y originarios de la propia cofradía, así como restaurar todos sus bienes y reestablecer ese sentido de unidad tan característico en las cofradías penitenciales de Medina de Rioseco.

En este sentido, durante los años 2001 a 2003  la hermandad ha realizado un gran esfuerzo para que los primeros años del siglo XXI fueran decisivos en la propia historia de la cofradía y se pudieran acometer algunas restauraciones y gestiones que permitiesen lograr los objetivos propuestos por los propios hermanos en las diversas juntas celebradas por la hermandad.

De esta forma, la aprobación por parte del Arzobispado de Valladolid de los nuevos estatutos y el reglamento por el que se regirá la cofradía, la restauración del tablero y de la cruz, el encargo de unos nuevos faroles replica de los originales, la restauración de la imagen titular así como la rehabilitación del banderín de la cofradía y la recuperación de algunos elementos como la cordonería original o los antiguos hachones de madera para alumbrar son algunas de las principales acciones llevadas a cabo. Un impulso necesario dentro la cofradía tan demandado y anhelado por los hermanos, que consideran un derecho y una obligación conservar el legado dejado por sus antepasados y que en un futuro heredarán sus hijos y nietos.

UN NUEVO ESTATUTO

El primer paso que la cofradía propuso, fue la elaboración y presentación al Arzobispado de Valladolid de unos nuevos estatutos y un reglamento de régimen interno por el que se regiría la hermandad, ya que hasta ese momento sólo existía un breve reglamento escrito en el mismo año de su refundación que se conserva en las primeras páginas del libro de actas y acuerdos.

Era necesario que el Arzobispado aprobase el nuevo estatuto fundacional con un doble fin: primeramente, para que se reconociese el gremio – hermandad del Santo Cristo de la Pasión  como asociación pública de la Iglesia y, por otra parte, obtener personalidad jurídica pública necesaria para cualquier convenio de restauración con las administraciones que sufragasen los gastos ocasionados, rango que la cofradía obtuvo el veintiocho de febrero de 2001, con la aprobación del texto por parte del vicario general del Arzobispado de Valladolid.

El reglamento y los estatutos aprobados en junta extraordinaria, a pesar de ser mucho más completos y adaptados a los tiempos actuales, no difieren mucho de los plasmados en el “libro para el gremio de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo donde se anotan las reglas y acuerdos que se han de observar por los hermanos que componen dicho gremio”, en1828.

Desde la propia hermandad se propuso que el nuevo reglamento recogiese el sentido y la finalidad del originario, tal y como se atestigua en el libro de actas citado (hoy expuesto en el museo de Semana Santa en la iglesia de Santa Cruz) donde se relata los principios de la cofradía en su primera página: “Dn Jose Asensio. Dn Vicente de Soto. Dn Josef Bozana. Dn Saturnino Senrra. Dn Thomas Garrido y Dn Manuel Chico se encargaron de la creacion y formacion  de un gremio compuesto de onze personas para acompañar al Señor en el Viernes Santo, dia propio de sus cultos, en recuerdo de la Pasión y muerte contribuyendo no solo con los actos Religiosos personales sino tambien con las limosnas que se establezcan, acausa de hallarse abandonada la Antigua Cofradia de la Pasion”.

RESTAURACIONES E INTERVENCIONES.

La primera preocupación de los componentes de la hermandad era la conservación y la restauración de todos los bienes de la propia cofradía, algunos de ellos de inestimable valor y que suponen la imagen y la idiosincrasia de la hermandad. La propia imagen, el tablero y los faroles que acompañan el paso, eran los objetivos prioritarios que habría que restaurar debido a su creciente mal estado de conservación.

Tras varias asambleas y reuniones con diferentes técnicos se acordó encargar la elaboración de los faroles que van situados en el paso y que le confieren esa imagen tan particular y el sobrenombre de “Cristo de los faroles”. Debido a que el material en el que estaban realizados los originales faroles, realizados en el año 1896 en el que se acuerda por parte de la hermandad “hacer cuatro faroles para el Santisimo costeados estos por los cuatro hermanos siguientes: D. Pedro Rumayor, D. Mariano Alonso, D. Saturnino Ceigas y D. Anastasio Tejedor”, erade muy baja calidad y a su pésimo estado deconservación se aconsejó descartar cualquier tipo de restauración y encargar  cuatro candelabros, reproducción fiel de los originales fundidos y recancelados en bajo relieve en metal fundidos y plateados, que finalmente llevaron a cabo el pasado año la empresa sevillana Orfebrería Maestrante, experta en la realización de estos ornatos religiosos.

Otra de las prioridades fijadas suponía poner fin a la delicada situación de conservación del tablero, una de las andas con más fina labor y más admiradas de la Semana Santa riosecana. Además de sufrir algunas pérdidas de relieve, repintes y aparición de xilófagos, presentaba rotura parcial de algunas de las vigas de los palotes, lo que fue perfectamente subsanado en el pasado año 2002 gracias a la labor artesanal y magistral del ebanista local Teófilo Albert y del pintor Roberto Martín que devolvieron al tablero y a la cruz el aspecto original que lucía en el año 1894 cuando se estrenó.

Fue precisamente en 1893 cuando se acuerda la construcción de un nuevo tablero que costaría 750 pesetas, coste total que sería adelantado por el hermano Pedro Rumayor. Aunque hasta el 28 de enero de 1894 no hay acuerdo definitivo con el ebanista riosecano Serafín de Arenillas. “Habiendo combinado con dicho Arenillas que le a de entregarles concluido el dia de Domingo de Ramos bajo el precio de 750 pesetas, que le serian entregados a la terminación de las obras y alguna cantidad antes si el expresado artista lo necesitase”. En este mismo acuerdo la cofradía en pleno da total libertad al ebanista para que decida la forma y la decoración de las nuevas andas. “Se deja a elección de Arenillas hacer el gusto como la mayor perfección del espresado tablero por confiar en los ofrecimientos que este les hiciera y que la comisión acepto confiando vistos los buenos deseos del joben Arenillas”. Ese mismo año se realizaban las aldabas y las horquillas para el nuevo tablero.

Pero sin duda, la intervención más esperada por todos los cofrades y que venían reclamando desde hace varios años era la restauración integral de la imagen titular de la cofradía que finalmente llevó a cabo la restauradora Concepción Prieto en los meses de junio a octubre del pasado año 2002, gracias a la financiación de la intervención por parte de la Junta de Castilla y León. Esta talla que procede de la iglesia de Santa Cruz, donde poseía altar y atribuida a Juan de Muniátegui en el siglo XVII, presentaba según el informe elaborado por la propia restauradora “daños estructurales típicos de una imagen que sale en procesión al estar sometida a grandes movimientos; grietas producidas por la separación de piezas que forman  los brazos, desgaste y pérdida de varios dedos en manos y pies, gran suciedad, pérdida de policromía y algunos repintes”.

Con esta patología el tratamiento de restauración según reza el informe de intervención se encaminó a: “restablecer la consistencia estructural del soporte y devolver a la pieza su unidad estética. Se taparon grietas y fendas, se colocaron anillos de goma en la parte posterior de los tornillos de sujeción a la cruz para separarlo de la policromía y evitar daños. Se eliminaron repintes y restos de barniz oxidado utilizando disolventes químicos. Las faltas de preparación y de policromía y las grietas rellenadas se enrasaron con la superficie original y se reintegro el color de estas zonas. Finalmente, se aplicó una capa de barniz para proteger la pieza”.

Por último, dentro de este capítulo, durante los primeros meses del año 2003, las monjas clarisas del monasterio burgalés de la Asunción en Castil de Lences han restaurado el banderín de la cofradía, realizado muy probablemente en el año de la refundación de la hermandad. La estampa central del banderín que representa un crucificado, está bordada con fina seda natural en punto árabe, lo que permite a las propias restauradoras de otra de las joyas que posee la cofradía, asegurar que fue realizado a principios del siglo XIX.

Esta intervención ha completado la restauración de todos los bienes que posee la cofradía, con lo que el legado histórico dejado por nuestro antepasados podrá ser entregado a otras generaciones en un buen estado de conservación para que perdure muchos más siglos; un deber ético y moral que se perseguía desde la propia hermandad.

RECUPERACIÓN DE LA IDENTIDAD

Asimismo, unido a todo el proceso de restauraciones se pretende la recuperación de la unidad y de la identidad de esta centenaria hermandad. Por ello, se han llevado a cabo algunas acciones como la recuperación del cordón original del crucifijo de la cofradía, que primitivamente era entrelazado de color morado y negro y que posteriormente, y ante la negativa de muchas cordonerías de recuperar el primigenio, fue sustituido o bien por un cordón negro o morado. Finalmente este año todos los cofrades lucirán el cordón tradicional. Por su parte, la recuperación de los hachones de madera para alumbrar, originales de la cofradía, ha sido otra de las actuaciones llevadas a cabo en este año y a pesar de que hace una década se realizaron los faroles de mano actuales, la cofradía ha decidido rescatar esos antiguos faroles de madera para recuperar la unidad e identidad de la que siempre gozó este gremio.

Por último, en el afán de adaptarse al futuro y de divulgar nuestra cofradía, y por ende, la Semana Santa de Medina de Rioseco, dos hermanos de la Pasión, Luis Alberto Flores y Manuel García, en 1998, crearon una página Web sobre la cofradía (la primera en Medina de Rioseco) en la que se pretende dar a conocer la semana de Pasión riosecana, la propia cofradía, facilitar información al visitante que se quiera acercar hasta la localidad en estos días señalados, además de pretender que sea un medio de comunicación entre cofrades, incluyendo correos electrónicos, estatutos, comunicados y otras informaciones de interés. Objetivos cumplidos con creces pues el pasado año recibió un número de visitas cercano a las 3.000.

Comenzaba este artículo con una cita de D. Miguel de Unamuno y finalizaré con otra de este insigne escritor que resume muy bien el pensamiento y la ilusión de todos los cofrades de la Pasión, que pretenden que cada Jueves Santo su devocionado Cristo de los faroles pueda desfilar por las calles riosecanas como desde hace siglos y trasmitir el legado de la tradición a las nuevas generaciones para que perpetúen ese sentimiento tan profundo llamado Semana Santa.

“El fondo sentimental es nuestro anhelo de no perder el sentido de la continuidad de nuestra conciencia, de no romper el encadenamiento de nuestro recuerdos”.